Llamar las cosas por su nombre, Colocar junto lo que va junto y cada cosa en su lugar. Culminar una actividad si la había iniciado Esperar turno y respetar el turno de los demás. Jugar sabiendo que puedo ganar y perder. Ir de paseo todos agarraditos de la manos Proteger los animales y las plantas. Trabajar en grupo y ayudarnos unos a los otros. Tener confianza en mi mismo, Escoger qué, cómo y con quien puedo hacer alguna actividad.
Resolver conflictos sin agredir con palabras y muchos menos irnos a los puños. Expresar mis ideas y escuchar con atención a los demás Expresar mis sentimientos y emociones sin parecer débil. Colaborar con la limpieza, preparar la merienda sin confundir mi identidad por ser varón. Hojear libros de cuentos y sentir curiosidad por saber que dicen, colorear, rasgar, ensartar, modelar con plastilina mis primeras palabras: Mamá, papá y mi nombre.
TAMBIEN ME ENSEÑARON:
Amarme a mi mismo para poder amar a los demás. Que distintas serían las personas, si en su jornada diaria dispusieran 45 minutos de su tiempo para aprender a compartir y ser cada día mejores seres humanos y al igual que el preescolar, adquirir las destrezas para construir y armar rompecabezas y una actividad colectiva todos unidos, armar los pedacitos que han quedado de la palabra : HUMANIDAD.